Cerró la puerta de su habitación aun que no había nadie en casa y se quitó los pantalones y los calzoncillos rápidamente. Yo estaba sentado en la cama tímidamente ya que hace apenas unas horas que lo acababa de conocer en clase y ya se estaba desnudando para mi, pero esas eran las ventajas de ser yo. Sonreí en cuanto vi el pedazo trabuco que mi compañero escondía: Era enorme, tanto que ni con dos manos conseguías cogerlo entero, casi sin pelo y sin prepucio, era tan gordo que parecía un dildo. Se acercó a mi con su pene balanceante y lo puso delante de mi, agarrándoselo con una mano para hacerme notar lo enorme que era. Le sonreí mientras le miraba a la cara y le cogí la polla mientras con la otra le masajeaba los huevos, repletos de leche que esperaba a salir disparada de ese trozo de carne. "Mas vale que lo hagas bien, que quiero descargar estas bolas" dijo mientras me acariciaba la cara. Hoy estaba ahí para darle placer a él, pero algún día me devolvería el favor.
Pasé mi mano desde la base hasta la punta para realizar lo grande que era y exacto, era gigante. "Venga empieza, ¡que me quiero correr joder!" En cuanto dijo eso escupí en su polla y empecé a hacerle una paja, sintiendo ese tronco entre mis manos, algo tan duro y caliente rebosante de leche queriendo salpicar mi cuerpo, me ponía super cachondo y le agarré con las dos manos y las deslice frenéticamente alrededor de la verga de mi amigo. El pre-semen empezaba a chorrear de la punta rosada y se iba mezclando con mi saliva y un sonido de roce empapado empezaba a sonar. Me metí la punta del pollón y lo chupé con mi lengua húmeda, lubricándolo y explorando cada centímetro de carne caliente. No me cabía mucho mas allá de la punta, pero era suficiente para succionar y babear con la lengua la polla de mi amigo, que no paraba de gemir. Me la saqué de la boca para hacerle una paja, pero me tiró a la cama y agarrándome la cabeza con fuerza, me puso la polla en la boca y empezó a pajearse como un loco "¡¡¡¡Joder que me corro aaaaaah!!!!!" Y chorros de leche blanca salieron disparados, directos a mi boca y a mi cara, dejándolo todo impregnado del dulce líquido que acababa de exprimir de esos huevos y esa polla deliciosa.