Entradas recientes

28/9/14

Una tarde de estudio

Victor era el chico perfecto. Era muy buena persona con todo el mundo, amable y trabajador y siempre lo adornaba todo con esa sonrisa tan cálida y verdadera. En cuanto a su físico: Jo-der. Era alto, de pelo corto y castaño, ojos grandes y oscuros y unos labios gruesos que daban ganas de morder y alimentarse de sus besos. Su complexión era atlética, de espaldas anchas y fuertes, con los músculos bastante desarrollados para un chico de 16 años y con vello también bastante desarrollado para su edad. Ese punto de madurez era lo que me daba tanto morbo.

 Siempre nos habíamos llevado muy bien, pero nuestra amistad no salía de las clases. Y las clases fue lo que nos llevo a lo que vais a leer a continuación.
Se acercaba el fin de curso y en todas las asignaturas nos pedían trabajos finales en grupo, y resultó que me tocó con Víctor en uno de ellos. Trabajábamos muy bien juntos y yo estaba encantado de estar tanto con él, aunque tenía que procurar que no se diese cuenta de que le miraba más a él que al trabajo. Trabajamos muy duro, pero claro, el trabajo en clase no era suficiente. Llegó el día antes de la presentación y teníamos que prepararla así que esa misma tarde quedamos en su casa, aprovechando que no había nadie para poder estudiar a gusto.

Estuvimos trabajando unas horas hasta que hicimos un descanso. Había notado que Víctor estaba especialmente cariñoso conmigo, quiero decir, me abrazó cuando llegué a su casa, aprovechaba cualquier tontería para tocarme en forma de broma y demás. Y a mí no me importaba para nada. Pero no quería pensar nada raro ya que por lo que sabía, era hetero. Aun que yo para él también lo era.

Se levantó un momento y desapareció de la habitación. Suponía que había ido a buscar algo. Repasé con la mirada la habitación, era bastante sencilla; lo que más ocupaba era una cama de matrimonio que era donde dormía. Me senté en ella y al pasar la mano sobre la almohada noté algo duro, la levante y… no podía ser. Me encontré un consolador. Era surrealista. Víctor era de lejos al que menos me podría imaginar con uno de esos. Y eso hizo que mi parte más sucia despertase. Ya no quería estudiar más. Creo que nos lo íbamos a pasar mejor de otra forma.

Cogí el juguetito, lo guardé en mi bolsillo y salí de la habitación. Me dirigí al lavabo para prepararme pero cuál fue mi sorpresa cuando abrí la puerta y me encontré a mi amigo meando con los pantalones y calzoncillos bajados hasta los tobillos. Por un momento contemplé su culazo y sus piernas fuertes y con una fina capa de vello. Joder que bueno estaba. Parecía que no se había dado cuenta de mi entrada así que saqué el vibrador y me acerqué sigilosamente por detrás. Las últimas gotas habían caído en el agua y justo me puse detrás suyo mientras respiraba suavemente en su cuello y apoyé el juguete entre sus nalgas. Esto hizo que diese un bote y se girase y en cuanto me vio comprendió la situación.
-Veo que te lo pasas bien cuando estás solo, ¿eh?- Dije sonriendo.

Victor se quedó un poco parado y tras unos segundos para entender lo que pasaba, miró para abajo, donde su pene empezaba a marcarse bajo la camiseta que lo tapaba.
-…eso parece… aun que me gustaría más que alguien se lo pasase bien conmigo… - dijo con una sonrisa que hacía su boca más apetecible que nunca.
Cogí aire y empecé a comerle la boca mientras él me agarraba del pelo y yo acariciaba su culo y su espalda. Empezamos a caminar tambaleándonos hasta que llegamos a su habitación, donde él se quitó la camiseta dejando ver su glorioso cuerpo al completo, y me quitó en un momento mi camiseta, pantalones y ropa interior, que chocaron con la pared.


Nos subimos a su cama y me tiré encima de él comiéndole los labios y acariciando sus músculos. Empecé a darle chupetones por todo el cuerpo, cuando se le iluminaron los ojos y me paró para decirme:
-Oye, ya has visto mi juguete… ¿Por qué no demuestras que lo sabes hacer mejor?- Acto seguido se puso a cuatro patas con el culo en pompa, dándome una magnífica vista de sus nalgas terciopeladas y de su rosado agujero que ya empezaba a abrirse del calentón.


Empecé a meter el dedo índice por su ano mientras escupía dentro para lubricar. Tenía la cara cerca de su culo y huelo ese olor tan característico suyo, sudor y mi saliva. Me pone a cien. Sonrío mientras sigo trabajando su ano prieto, que cada vez va cediendo más al masaje de mi dedo. Él está sonriendo de placer, con los ojos cerrados y gimiendo levemente cada vez que mi dedo se adentraba en él. Sus fuertes manos abrían su perfecto culo para que lo pudiese usar bien. Saco el dedo que ha dejado su ano un poco abierto y meto mi cara entre sus suaves nalgas, respirando su esencia que me vuelve loco y chupando poco a poco el perímetro del ano, que cada vez se va abriendo más y más y va haciendo que Víctor suelte gemidos cada vez más profundos. Mi lengua empieza chupando sus nalgas peluditas hasta que se mete por su agujero y lo empiezo a hacer más grande, introduciéndola y saboreando el exquisito culazo de mi amigo que estaba en la gloria del placer que sentía. Bajé un poco más y me encontré con sus huevazos, colgando holgados bajo su ano, los empecé a succionar notando como se balanceaban esas bolsitas rellenas de leche, que a su vez hacían que la polla descomunal se moviese también. Me encantaba comerle el culo a un tío como él, tan fuerte de apariencia pero tan fácil de domar cuando se pone cachondo.


Me levanté de ahí y vi su cuerpo marcando cada músculo, en tensión por el placer que sentía. Me acerqué a su cara y le pregunté con una sonrisa maliciosa: “¿Quieres que te dé ya por culo?” Él contestó con un gemido que interpreté como un sí, así que le pegué un morreo cargado de puro deseo y él se incorporó, poniéndose a cuatro patas, pero primero me puse delante de su cara con la polla durísima por lo que estaba haciendo, se la acerqué a la boca, la cual abrió enseguida y empezó a mamarla como si estuviese hambriento. Rodeaba con sus carnosos labios mi falo y lo metía bien adentro, chupándolo con su lengua caliente y húmeda, lubricándola bien para después. Yo le agarraba del pelo y le conducía, pero él la manejaba perfectamente, tan solo con su boca, succionándola y haciéndome sentir un placer inmenso y unas ganas tremendas de follármelo bien fuerte. Cuando pensé que ya estaba bien recubierta de su saliva, le aparté la cara y lo rodeé, subiéndome encima de la cama y haciendo un poco de presión en su espalda para que su culo subiese más y me la dejase meter sin problemas.
Posé la cabeza de mi polla bien firme en la entrada de su culo ya dilatado y empecé a meterla poco a poco, sintiendo como me iba envolviendo a cada centímetro que me adentraba, cada vez más prieto y más caliente. Notaba como se agarraba a las sabanas y podía intuir su cara de molestia por los suaves gemidos entrecortados que soltaba. Yo le iba acariciando las caderas y las nalgas mientras suspiraba levemente. Cada vez más adentro. Más ajustado. Más placentero. Por fin llegué hasta el fondo, y cuando paré soltamos un gran suspiro. “Joder, nunca te han follado el culo, eh” dije muy cachondo. La dejé dentro para que se acostumbrase mientras me eché para adelante y abracé su fuerte cuerpo. Él gimió levemente, lo cual yo entendí como que ya estaba listo para seguir.

Me reincorporé y empecé a sacar mi polla mientras él tensaba su espalda. No la llegué a sacarla del todo y la metí, ahora sí, de golpe hasta el fondo. Esto hizo soltar un pequeño gruñido a Victor, que me puso más todavía. Así que lo repetí unas cuantas veces más: La sacaba lentamente dejándole sentir como se iba aflojando su culo y después la empujaba hasta el fondo, sacudiendo su musculoso cuerpo y haciéndole gruñir.
Poco a poco dejé de hacer paradas tan bruscas y empecé a bombear. El placer empezaba a hacer efecto en nosotros. Empezábamos a sudar y los músculos de su cincelado cuerpo se marcaban más. Sus gruñidos pasaron a ser cortos gemidos y mis suspiros fueron sustituidos por delirios de placer, que se remarcaban con alguna frase tipo “Oh sí” o “Sigue así, te gusta ¿eh?”


Íbamos sincronizados. El placer nos movía como a animales, cada vez queriendo más. El olor a hombre inundaba la habitación igual que los gemidos y los gritos de ambos. En un arrebato, cogí a Víctor por el pecho y lo alcé, dejándolo de rodillas mientras seguía perforando su culo. Me acercó su boca a la mía y yo le contesté comiéndole los labios y entrelazando las lenguas en un juego muy húmedo y caliente de nuestras bocas mientras sentía sus resoplidos en mi cara cada vez que la metía. El me acariciaba el cuello con su mano mientras yo acariciaba su brazo flexionado, axila peluda, cuello, pecho y al final sus excitantes pezones que estaban erizados. Cada pellizco contraía su esfínter, presionándome más la polla y acelerando la salida de mi leche.


Sus nalgas húmedas rebotaban en mis caderas y ahí me dejé llevar. Me quedé quieto y noté como mi polla se ponía como una roca y como chorros y chorros de leche salían disparados de ella, rellenando el culo de mi amigo. Éste gimió al notar como el liquido caliente lo inundaba y como lubricaba su ano, dejándolo más resbaladizo que nunca y haciendo que llegase hasta el final sin problemas. Le acaricié la espalda hasta llegar a sus hombros y lo aguanté mientras sacaba mi pene lentamente, dejando salir unos hilos de semen de su dilatado y rosado ano. Antes de que saliese más, me tumbé boca arriba delante de él y empecé a chupar poco a poco alrededor de su agujero los restos de mi lefa y subí a sus holgados huevos peludos, que metí en mi boca y saboreé esa mezcla de sudor, saliva y lefa.


No tardó en correrse encima de mí, al son de unos dulces gemidos al vaciarse la polla con 4 chorros de espesa leche mientras yo seguía succionando sus bolas.

Después de un momento de realización de lo que acababa de ocurrir, nos quedamos mirando y sonreímos levemente. Me parece que iba a visitar más frecuentemente a Víctor para “estudiar”.



Espero que os haya gustado y como siempre me podéis dejar vuestras opiniones en un comentario (que puede ser completamente anónimo y sin registrarte )
Contacto: greenlook15@gmail.com   Twitter: @greenlook15